La “evaluación” no es sino el proceso de recopilar evidencia
sobre lo que los estudiantes están aprendiendo o han aprendido. A
veces recopilamos esta evidencia para asignar una calificación; otras
veces, es probable que simplemente queramos saber cómo se están desempeñando
los estudiantes. Tener más información sobre lo que los estudiantes están
aprendiendo puede ayudarnos a perfeccionar nuestras estrategias de enseñanza y
ayudar a los estudiantes a saber dónde enfocar sus esfuerzos.
La evaluación debe dejar de reducirse al control
externo de lo que hace el estudiante y a la mera calificación. La evaluación,
más que un proceso para certificar, debe constituirse en un proceso optimizador
de los aprendizajes.
La evaluación debe ser “un proceso reflexivo donde
el que aprende toma conciencia de sí mismo y de sus metas y el que enseña se
convierte en guía que orienta hacia el logro de unos objetivos culturales y
formativos.
Este cambio en la forma de entender y llevar a la
práctica la evaluación está llevando a un creciente uso de ciertas estrategias
de evaluación, como el portafolio, rúbricas, etc; que parecen satisfacer mejor
que otras más tradicionales los requisitos de una evaluación orientada al
aprendizaje.
Cambiar la forma de evaluar el aprendizaje no se
reduce a un mero cambio en los instrumentos y técnicas de evaluación. Dicho de
otra forma, porque cambiemos el examen tradicional por el portafolio no se
produce necesariamente ese proceso de transformación de la evaluación en un
mecanismo de orientación del aprendizaje de nuestros alumnos.
Al cambio en los procedimientos que utilizamos para
evaluar debería preceder el cambio en —o, al menos, la reflexión sobre— las
actitudes y creencias que sustentan la forma en que evaluamos los aprendizajes.
En general, solemos asociar la evaluación a exámenes y a notas, a verificar lo
aprendido. Sin embargo, la evaluación debería centrarse en ayudar a aprender.
La evaluación de competencias, es el
proceso por medio del cual se obtiene y analiza las evidencias del
estudiante para emitir el juicio si
aprendió o no; es decir, si es competente o aún no competente. Por tal
razón, es imprescindible saber diseñar instrumentos para que el evaluado
demuestre con evidencias que puede realizar las tareas de la capacidad (identifica,
interpreta) o de la competencia (Comprende
textos de distinto tipo, disfrutando de ellos, discriminando lo relevante de lo
complementario; hace inferencias a partir de los datos explícitos, asume
posiciones críticas, y reflexiona sobre su proceso de comprensión con el fin de
mejorarlo).
Un concepto general de Evidencia[1]
La evidencia es un conjunto de elementos tangibles que nos permiten demostrar que se ha logrado cubrir de manera satisfactoria un requerimiento o un criterio específico de desempeño, una competencia o bien el resultado de un aprendizaje. |
Las Evidencias para demostrar competencias[2]
Las evidencias son pruebas claras y manifiestas de los conocimientos,
habilidades, destrezas y actitudes que una persona posee y que determinan su
competencia.
Metodología de evaluación en las unidades de aprendizaje
En primer lugar, optamos por definir la
evaluación de competencias como un PROCESO mediante el cual se busca determinar
el nivel de dominio de una capacidad en base a
CRITERIOS E INDICADORES consensuados y EVIDENCIAS para establecer las
capacidades y aspectos a mejorar, buscando que el estudiante tenga el reto del
mejoramiento continuo, a través de la
METACOGNICIÓN.
La evaluación en una unidad de aprendizaje
demanda, entonces, poner en juego una instrumentación compleja y articulada,
que se centre en las actuaciones efectivas de los sujetos (en cuanto individuos
y colectivos) sobre la resolución de problemas propios (Hawes 2005), dando
cuenta de la complejidad de los desempeños actuales a la vez que haciendo un
juicio predictivo sobre sus actuaciones futuras (Hawes 2007).
a. ¿Para qué evaluar?
Tomar
decisiones sobre el aprendizaje de los estudiantes. Regular la formación
integral. Valorar la idoneidad
El
docente evalúa para:
- Fortalecer la habilidad de metacognición en
los estudiantes.
- Buscar que los estudiantes tomen conciencia de sus logros y aspectos a mejorar.
- Buscar que los estudiantes mejoren
efectivamente su desempeño.
- Que los estudiantes comprendan cómo pueden
contribuir a resolver los grandes problemas humanos.
b. ¿Qué evaluar?
Capacidades,
conocimientos y actitudes expresados en evidencias a lo largo de la unidad.
c. ¿Con qué pruebas?
Las evidencias son las pruebas concretas de
aprendizaje que presentan los estudiantes para demostrar sus competencias. Dan
claridad a los estudiantes frente a cómo deben demostrar su aprendizaje. Las
evidencias permiten valorar los criterios. Las competencias no son observables
por sí mismas, por lo tanto, hay que
inferirlas a través de desempeños o
acciones específicas.
Las
evidencias a evaluar son:
ü Evidencias del hacer (desempeño)
Son
pruebas de la manera como los estudiantes ejecutan determinados procedimientos
y técnicas para realizar una actividad o tarea. Se evalúa generalmente mediante
la observación sistemática basada en indicadores de desempeño.
En
la evaluación de procedimientos se comprueba hasta qué punto el estudiante es
capaz de utilizar el procedimiento en otras situaciones. Y si utiliza y aplica
el conocimiento en situaciones concretas.
Ejemplo
de evidencias de desempeño:
§ Selección de procedimientos para solucionar ejercicios
o una tarea.
§ Aplicación del procedimiento en situaciones
particulares.
§ Generalización de un procedimiento.
§ Explicación verbal del procedimiento.
§ Elaboración de modelos o cuadros sinópticos
del procedimiento.
§ Corrección o terminación de producciones mal
elaboras o incompletas.
ü Evidencias de productos
Son
pruebas en las cuales se presentan productos específicos; es decir, productos
que dan cuenta de las finalidades de la capacidad o competencias, dentro de un
marco de significación profesional.
Ejemplos
de evidencias de productos:
§ Proyectos
§ Informes finales
§ Creaciones
§ Textos
§ Exposiciones
ü Evidencias de saber (conocimientos)
Son
pruebas que buscan determinar dos aspectos. Por un lado, la forma cómo
interpreta, argumenta y propone el estudiante frente a determinados problemas;
y por otro, el conocimiento y comprensión de conceptos, teorías, procedimientos
y técnicas.
Los
procesos cognoscitivos de
interpretación, argumentación y proposición pueden evaluarse con base en textos
escritos, cuestionarios con preguntas abiertas y análisis de casos. Por su
parte, los conceptos, teorías y comprensión de diferentes temas pueden evaluarse
mediante mapas conceptuales, mapas mentales, V heurística, esquemas, preguntas
abiertas y preguntas cerradas.
ü Evidencias de actitudes
Son
pruebas de la presencia o implicación de la predisposición del estudiante
frente a los aprendizajes. Estas pruebas pueden ser indirectas. Con frecuencia,
las evidencias del producto o del hacer dan cuenta de forma implícita de las
actitudes de base.
Ejemplo
de evidencias de actitudes:
§ Cumplimiento de tareas
§ Participación activa en clase
§ Trabajo cooperativo
d. ¿Cómo determinar el nivel de aprendizaje?
Mediante
matrices de evaluación, que permiten evaluar los que los estudiantes saben y
son capaces de hacer.
Generalmente
se diseña de manera que el estudiante pueda ser evaluado en forma “objetiva” y
consistente. Al mismo tiempo que permite al docente especificar claramente qué
espera del estudiante y cuáles son los indicadores con los que se van evaluar
un producto o desempeño previamente establecido: un trabajo, una presentación o
un reporte escrito, según lo explicitado en las actividades.
e. ¿Cómo evaluar?
Mediante
procedimientos compuestos por un conjunto de pasos orientados a determinar el
grado de desarrollo del logro de aprendizaje, denominadas TÉCNICAS de
evaluación.
f.
¿Con qué
evaluar?
Con instrumentos de evaluación que son medios o
el soporte físico que se emplea para recoger información sobre las evidencias
de los estudiantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario