La evaluación con base en
competencias tiene como referencia el proceso de desempeño de los estudiantes
ante actividades y problemas del contexto profesional, social, disciplinar e
investigativo; teniendo como referencias EVIDENCIAS y CRITERIOS, buscando determinar el grado de
desarrollo de las competencias en sus tres dimensiones: afectivo – motivacional
(actitudes y valores); cognoscitiva
(conocimientos factuales, conceptos, teorías y habilidades cognitivas); y, actuacional (habilidades procedimentales y
técnicas). (Tobón R. C., 2006)
Desde esta perspectiva, (VERDEJO, 2009) plantea que la competencia se demuestra
en la acción o ejecución. Para poder evaluar el grado de dominio de la
competencia es necesario contar con variables observables y criterios de
valoración. En una expresión coloquial se puede decir que la competencia es la
ejecución de la acción esperada, de forma rápida, bien hecha y de buen modo.
Este sencillo acercamiento nos dice que hay que explicitar los criterios de
valoración y que serán muy diferentes para cada profesión, lo que en el
lenguaje académico equivale a hablar de la capacidad efectiva para realizar una
actividad o tarea profesional determinada y de los criterios de ejecución y
evidencias de realización.
El Currículo Basado en
Competencias se desarrolla bajo un enfoque funcional[1],
a través del cual trata de explicitar las acciones, sus resultados y los
criterios de ejecución para un ejercicio profesional competente para,
posteriormente, realizar el análisis de los conocimientos, habilidades y
actitudes que entran en juego para poder llevar a cabo las acciones. La calidad
se refleja en los criterios de ejecución. Este enfoque permite una mejor
aproximación a los productos y evidencias que demuestran la adquisición y se
puede determinar con especialistas los elementos para calificar el grado de
dominio de la competencia que puede mostrar un profesional. De igual manera,
para entender el proceso de evaluación basado en competencias el currículo se
basa en un modelo constructivista porque se enfoca en desarrollar competencias
a partir de aprendizajes significativos situados en un contexto, por lo que el
sujeto construye su realidad a través de su proceso de aprendizaje, desde esta
visión, podemos decir que las competencias se desarrollan gracias a la
existencia de conocimientos previos, de la estructura cognitiva del estudiante
y del surgimiento de situaciones problemáticas que llevan al individuo a buscar
una o varias soluciones; finalmente, el currículo tiene un enfoque humanista
porque concibe la noción de competencia en un sentido más amplio y profundo. El
desarrollo de competencias debe centrarse en la persona, quien genera y se
apropia del proceso de aprendizaje con la ayuda de un facilitador.
La evaluación debe estar
vinculada a un contexto determinado o a una situación concreta como una
evaluación integrada al proceso de enseñanza aprendizaje. Con un énfasis en los
desempeños, criterios de ejecución y que basa sus resultados en juicios de
valor (Gonzi). El juicio o inferencia sobre el dominio de la competencia se
basa en la obtención de un conjunto adecuado de evidencias de desempeño que se
comparan contra los estándares o criterios de ejecución.
La competencia es
multidimensional y multifactorial por lo que su evaluación tendrá que ser
abordada con modelos multidimensionales, que cuando están bien elaborados
pueden predecir la calidad y el perfil de la práctica profesional.
Las evaluaciones de competencias
se basan en los modelos centrados en las evidencias que se pueden observar y
valorar y que dan cuenta de la adquisición o dominio de la competencia. Para
ello es necesario contar con el perfil de referencia que describe las
competencias, y para cada competencia será necesario describir los elementos
operacionales de la misma en términos de evidencias clave y sus criterios de
valoración (VERDEJO, 2009) .
Como la competencia se demuestra
en la acción, las evidencias se recogerán a partir de la ejecución de tareas y
ejercicios para a partir de ellas inferir si se tiene la competencia y en qué
grado. La competencia está relacionada con un contexto y situación por lo que
las tareas deberán considerar los diferentes contextos y situaciones.
Lo que está a la base de las
evidencias son los criterios de calidad que deben ser descritos en los
criterios de ejecución. Avanzar en esta tarea, sin duda, es un trabajo de
colaboración entre académicos y profesionales para establecer criterios de
calidad que permitan el diseño de procesos y herramientas de evaluación, y que
permitan valorar las evidencias tanto por los formadores como por los actores
externos al proceso.
Para demostrar las competencias,
los instrumentos de evaluación deben cubrir los requisitos psicométricos de
confiabilidad (reproducibilidad, las diferencias en los puntajes se deberán a
diferencias en el desempeño), validez de contenido (que se mida lo que se
pretende medir) y validez predictiva (predicción de la calidad y perfil de la
práctica profesional). (VERDEJO, 2009).
Para elaborar una prueba de
competencias, es necesario contar con el perfil de referencia definido por
competencias en términos de excelencia y no de criterios mínimos, identificar
cuáles son las competencias que se van a evaluar, elaborar la tabla de
especificaciones que asegure que todas las competencias están presentes en el
examen y asegurar que cada competencia se evalúe en su contexto y no
aisladamente. Para evaluar las competencias se requiere un número amplio de
tareas de las diferentes competencias, lo que hace que las pruebas sean de
larga duración.
La evaluación de las competencias
no debe considerarse de forma aislada sino de forma sistémica para asegurar la
congruencia con los planes de estudio y las formas de enseñanza-aprendizaje.
Un sistema de evaluación basado
en competencias se basa en el conjunto de evidencias sobre el desempeño o
acción del individuo que muestran si se logran los criterios especificados en
las competencias profesionales.
Los elementos esenciales de una
evaluación de competencias son el contexto, el estudiante, la autenticidad de
la actividad y los indicadores (Herrington y Herrington, 1998 citado por (Gallego, 2006) ):
- • Se debe diseñar un contexto que refleje las condiciones bajo las cuales operará el desempeño.
- • El estudiante debe actuar de forma eficaz con el conocimiento adquirido y producir resultados.
- • La actividad debe implicar desafíos complejos, que requieren juicio y un conjunto de tareas complejas. La evaluación debe estar integrada en la actividad.
- • Las evidencias son las producciones que reflejan la existencia de aprendizaje. Se procura la validez y fiabilidad de estas evidencias con criterios adecuados para calificar la variedad de productos.
La evaluación no es una tarea
puntual de un momento es un proceso que implica lo siguiente:
- - Definir con exactitud las competencias a evaluar con sus respectivas dimensiones.
- - Construir los criterios para evaluar las competencias de manera integral con criterios académicos y profesional.
- - Definir el tipo de evidencias que se deben presentar para llevar a cabo las evaluaciones
- - Establecer las estrategias e instrumentos.
- - Efectuar la evaluación.
- - Analizar la evaluación con base en los indicadores.
- - Determinar fortalezas y aspectos a mejorar.
- - Retroalimentar de forma oportuna a los estudiantes y generar un espacio de reflexión sobre el proceso y en torno a los resultados de evaluación.
CARACTERÍSTICAS DE LA EVALUACIÓN
Científica: Porque se guía por un
conjunto de principios, métodos, técnicas y procedimientos relativamente
confiables y válidos.
Sistemática: Porque es un proceso que
no se cumple de forma improvisada, sino que responde a una planificación
previa; porque está íntimamente ligada a la acción didáctica y por lo tanto
participa de todas sus actividades; y, responde a normas, criterios
relacionados.
Integral: En su proceso valora todas y
cada una de las áreas que integran la personalidad: cognoscitiva, afectiva y
psicomotora. Al proceder de esta manera evaluamos los conocimientos, valores y
habilidades del alumno que corresponden, respectivamente, al saber, saber ser y
saber hacer. La característica de integral implica superar la práctica de
evaluación centrada exclusivamente en el saber del alumno, para comprobar o
verificar qué hace con lo que sabe, es decir qué destrezas utiliza para
demostrar lo que ha aprendido sobre esta área.
Participativa: Permite la intervención
de todos los sujetos relacionados directa e indirectamente en el proceso
educativo; propicia la autoevaluación, la reflexión y la crítica de los
estudiantes sobre sus propios aprendizajes.
Interdisciplinaria: Incluye a
especialistas de distintas áreas o disciplinas que, desde el principio, aun
teniendo conceptos, métodos e informaciones diferentes, trabajan conjuntamente,
en un esfuerzo compartido, para lograr el desarrollo eficaz y real del proceso.
Sencilla: Utiliza un lenguaje que está
al alance de la comprensión de todos los involucrados en el proceso.
Acumulativa: En la toma de decisiones
integra la información recogida en distintas épocas, varias áreas del
conocimiento y diversos instrumentos de medición.
Permanente: Se realiza durante el
proceso de enseñanza aprendizaje con el propósito de verificar el aprendizaje
de habilidades, conocimientos, valores, que va asimilando el estudiante por
efecto del proceso didáctico y, oportunamente, buscar alternativas que permitan
solucionar las deficiencias o vacíos de aprendizaje encontrados en este
proceso. Esta característica se configura en la práctica de las evaluaciones:
diagnóstica, formativa y acumulativa que son necesarias en todo proceso
educativo.
Funcional: Utiliza la información
investigada en el proceso educativo para el mejoramiento oportuno del proceso
de enseñanza – aprendizaje. (Rojas)
-
Es un proceso dinámico y multidimensional que
realiza los diferentes agentes educativos (docentes, estudiantes, institución y
la sociedad)
-
Tiene en cuenta el proceso como los resultados
de aprendizaje.
-
Ofrece resultados de retroalimentación de manera
cuantitativa como cualitativa.
-
Reconoce las potencialidades
-
Se basa en criterios objetivos y evidencias
consensuadas socialmente reconociendo además la dimensión subjetiva que siempre
hay en todo proceso.
PRINCIPIOS DE LA EVALUACIÓN
1) La evaluación se lleva a cabo para tomar
decisiones que mejoren y aumenten el grado de idoneidad.
Permite determinar cómo está desempeñándose el
estudiante ante una actividad y cómo demuestra las evidencias; para ello se
tomará en cuenta diversos grados en las valoraciones porque no se trata de
definir los dos extremos “competentes” y “aún no competentes”, lo importante es
reconocer las diferentes potencialidades en los estudiantes.
2) La evaluación se realiza teniendo en cuenta
el contexto profesional, disciplinar, social e investigativo.
Implica contextualizar la evaluación y que tenga
pertinencia en el campo profesional, social, disciplinar e investigativo, en
función de cómo se da el proceso de aprendizaje en lo actitudinal, lo
cognoscitivo y lo actuacional, por lo que se requiere el uso de estrategias
para determinar la calidad del desempeño, como por ejemplo: los portafolios,
entrevistas, presentación de productos, diarios personales, pruebas escritas,
fundamentaciones orales de informes, etc.
3)
La
evaluación como competencia se basa esencialmente en el desempeño.
La evaluación basado en competencias privilegia el
desempeño del estudiante ante actividades reales o simuladas propias del contexto,
más que actividades enfocadas en los contenidos académicos. Por ejemplo, al estudiante se le solicita
que realice la sustentación de un informe de forma similar a cómo debería
hacerlo cuando esté ejerciendo la profesión, teniendo en cuenta los posibles
problemas o situaciones de incertidumbre. Es allí, en la ejecución, donde debe
determinarse la dimensión cognoscitiva (los conocimientos básicos para
comunicarse), la dimensión actuacional (la manera cómo actúa, cómo se
desenvuelve) y la dimensión actitudinal (la motivación, el esfuerzo, la
entrega, la búsqueda de calidad en la actuación). Esto mismo puede hacerse en
el caso de las competencias matemáticas o de competencias en filosofía, o de
competencias en Historia, en las cuales el contexto es esencialmente teórico.
En general debe buscarse siempre estrategias de
evaluación que tengan como base el desempeño, como por ejemplo la realización
de proyectos de carácter científico o empresarial, demostraciones clínicas,
análisis de casos contextualizados, etc, estrategias
que permitan evidenciar y valorar integralmente las competencias específicas y
genéricas.
4) La evaluación desde el enfoque competencial
integra lo cualitativo y lo cuantitativo.
En este enfoque la evaluación integra lo cualitativo y
cuantitativo por lo que se maneja el concepto de evaluación criterial, la cual significa
que toda valoración de los aprendizajes se hace sobre la base de criterios
discutidos, argumentados y consensuados, a partir de los cuales se definen
niveles de logro y de desarrollo de las competencias.
5) La evaluación debe acompañar todo proceso
formativo.
La evaluación basada en competencias no se concibe como
algo aparte del proceso formativo, sino como un componente clave y sustancial
de este. Todo proceso formativo debe tener en cuenta la evaluación con el fin
de determinar los logros en los aprendizajes y los aspectos a mejorar.
DIMENSIONES (modalidades) DE LA EVALUACIÓN
La evaluación desde el enfoque
competencial se basa en tener en cuenta tres dimensiones: autovaloración,
covaloración y heterovaloración. Un aspecto a tener en cuenta, es que siempre
debe hacerse con base en criterios, pues al contrario no habría mecanismos para
llegar a acuerdos al momento de cruzar información provenientes de los tres
tipos de evaluación.
1.
Autovaloración
Es realizada por
el mismo estudiante con pautas entregadas por el docente, cuyos instrumentos
consideren ítems cualitativos y cuantitativos para que los estudiantes valoren
la formación de sus competencias.
La importancia
de esta manera de evaluación radica en que el estudiante aprende a tomar
decisiones en base a sus propios juicios sobre los procesos y resultados de
actividades, tareas o actos encomendados a él. Además, es importante la
autoevaluación porque genera criterios de autoestima, confianza en lo que hace,
aprende a valorar sus acciones en contextos de actuación concretos que le exige
el sistema de formación profesional universitario. (Rojas)
Recomendaciones:
-
La autoevaluación se aprende y los alumnos deben
ejercitarse en esta práctica.
-
Los docentes deben enseñarles a sus estudiantes
a autoevaluarse, buscando con ello que tomen conciencia por sí mismos de sus
logros, errores y aspectos a mejorar durante el aprendizaje de las
competencias. Esto genera en los estudiantes una actitud más responsable ante
su propio aprendizaje.
-
También es importante que los estudiantes
evalúen tanto las estrategias como los instrumentos de evaluación, con el fin
de que aporten su experiencia en torno al mejoramiento de la calidad. (Tobón R. C., 2006)
2.
Covaloración
Este tipo de
evaluación fomenta la intervención de los compañeros de equipo para valorar el
aprendizaje a un estudiante en particular con respecto a la presentación de
evidencias y teniendo como base unos determinados indicadores de desempeño y niveles de logro para cada
indicador de desempeño. La covaloración es un juicio sobre logros y aspectos a
mejorar basado en argumentos que tengan como referencia criterios consensuados. (Tobón R. C.,
2006)
Es una forma de
evaluación en la cual el estudiante tiene la oportunidad de apreciar o valorar
el nivel de rendimiento conceptual,
procedimental y actitudinal, alcanzado por sus compañeros de grupo o de
curso que fueron planteados en el logro del curso; por ejemplo en el campo
afectivo se puede estimar el espíritu de iniciativa, la capacidad creativa,
cooperación, compañerismo, responsabilidad, liderazgo y otros valores. (Rojas)
El propósito
principal de la coevaluación es que el estudiante se acostumbre a valorar el
trabajo de otros y, a su vez, aceptar juicios de valor emitidos por los demás
compañeros.
Se recomienda no
resaltar solamente lo negativo, lo incorrecto, las deficiencias del estudiante
con la finalidad exclusiva de sancionarlos con una baja calificación; más bien,
es conveniente exaltar los asuntos positivos, los aciertos, las virtudes.
La auto y
coevaluación impulsa la capacidad crítica frente a sí mismo, frente a los demás
y a la sociedad en general; propicia, en materia de evaluación, la
independencia del estudiante frente al docente;
y, estimula en gran medida el crecimiento individual y grupal al generar
actividades que fomentan la: interacción, discusión en grupos, consulta
democrática; exposición de puntos de vista y la reflexión continua. (Rojas)
3.
Heterovaloración
Este tipo de
evaluación la lleva a cabo el docente como facilitador del proceso de
aprendizaje, consiste en un juicio sobre las características del aprendizaje
señalando fortalezas y aspectos a mejorar, teniendo como base la observación
general del desempeño en las sesiones de aprendizaje y también evidencias
específicas.
El propósito
esencial de esta forma de evaluación es conocer lo que otros hacen, juzgar qué
hace, cómo lo hacen, para qué lo hacen; y, emitir juicios valorativos acerca
del proceso educativo o pedagógico que se está juzgando. (Rojas)
La autoevaluación,
coevaluación y heteroevaluación son mecanismos que permiten conocer, juzgar y
valorar el aprendizaje desde diferentes ópticas; y, tomar decisiones
pertinentes para robustecer lo que es correcto y rectificar lo que se considera
que no está bien.
Bibliografía
Aponte, L. C., & Garza, J. F. (2012). Planeación
y Evaluación Basada en Comptencias. México: Trillas.
Flórez, J. A. (2012). Competencias
Profesionales. Madrid, España: Narcea.
Gallego, L. V. (2006). Educatio
Siglo XXI. Universidad Deusto.
Rojas, P. (s.f.). Módulo
de Diseño y Evaluación de Aprendizajes. Quito: Universidad Tecnológica
Equinoccial.
Tobón, R. C. (2006). Competencias,
Calidad y Educación Superior. Colombia: Editorial Delfín Ltda.
Tobón, S. (2008). La
Formación Basada en Competencias en la Educación Superior: El Enfoque
Complejo.
VERDEJO, P. (2009). Modelo
para la Educación y Evaluación por Competencias (MECO). MÉXICO.
[1]
Busca detectar los elementos esenciales que contribuyen significativamente al
logro del resultado deseado. Se pregunta cuáles son las funciones esenciales en
las que el estudiante debe comprobar su capacidad de desempeño. La formulación
del perfil de egreso se lleva a cabo en consulta tanto en el campo académico
como en el profesional.
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